Si pretendes dar un giro a tus relaciones sexuales, puedes hacer el amor en algún sitio con el riesgo de que cualquier pueda pillarte. Hacer el amor en lugares públicos es una fantasía muy común y realizada. Si sientes necesidad de hacerlo con tu pareja o simplemente curiosidad, no temas que sea algo raro. El riesgo a que te descubran y saber que estás haciendo algo que no está bien mezclan la sensación de miedo y la de excitación lo que aumenta el placer. Si tienes ganas de enriquecer tu vida sexual y de hacerla más abierta, puedes probar a practicar sexo en la calle. Por ejemplo, lo más recomendable es practicar posturas que te hagan huir fácilmente si viene alguien.
La playa, el parque, el agua o el bosque. Deja que tu imaginación juegue sobre todo, en cuanto al sitio elegido. Cualquiera que en algún momento del día sea poco transitado puede ser perfecto para hacer el amor. Siente el frescor de la brisa en tu piel. El roce de la hierba fresca, el tacto de una fría pared en tu piel.
Si no es un clásico «aquí te pillo aquí te mato», recuerda hay que ser precavido. No te olvides el mantel o la toalla para la arena. Te llevarás un gran recuerdo además de un inmenso placer. Haz el amor al aire libre, te dará libertad, desafiará todos los elementos y oirás cómo habla tu cuerpo. Cuidado si lo haces en al agua, ya que la irritación por la fricción puede ser más incómodo que placentero. Primero puedes probar algo más cómodo como el coche.
El hueco de la escalera o el ascensor son clásicos para hacer el amor. En el caso del ascensor, comprueba que hay stop, a menos que seáis más rápidos que el viento. Estos sitios son menos sexys pero más típicos de un momento de pasión irrefrenable.
El arte de hacer el amor en público reside en no ser pillados intentando llamar la atención. La complicidad con la pareja es esencial para estos jueguecitos de los que seguro que ambos recordareis. La cuestión está en ser o no vistos.
He probado sitios públicos como tener sexo en una taberna donde las divisiones de los cubículos eran altos pero con figuras recortadas, por lo que muy posiblemente me hayan visto cuando me sentaba sobre él, dándole la espalda a este. Pero antes de la penetración, le hacía el sexo oral, ambos sentados, pero yo me agachaba a chuparlo. Lo hice varias veces con un novio que amaba. En una o 2 oportunidades fui allí con un amigo mucho mayor que yo y que mi novio. Inicialmente fuimos sólo de tomar, pero ya con el licor las cosas se fueron dando y nos besamos muy apasionadamente. De repente se me salieron palabras que sólo le decía a mi novio: «Pídeme lo que quieras» El sin reparo alguno extrajo su pene y yo al verlo hice lo mismo que hacía con mi novio: Me agaché a chupárselo y seguido me despoje de mi pantalón para ser penetrada. En esta oportunidad si fui sorprendida follando y la blusa arriba con las tetas debajo libres zarandeándose de adelante atrás. Un sitio que me ha parecido sexy, son las escaleras en la noche, bajar desnuda. Lo he hecho para llamar por teléfono mientras mi esposo (novio de esa época). Pero después de varios años, me volví a encontrar con aquél amigo e ideé la forma de realizarlo en las escaleras y fue una noche que alisté con tiempo un abrigo en el primer piso, bajé desnuda mientras mi esposo dormía y tomando el abrigo cubrí con él mi desnudez, salí a la esquina de la calle y en el auto me esperaba mi amigo. El me llevó a un edificio que él sabía que estaba de puertas abiertas. Subimos un piso en la oscuridad, me despojé del abrigo, quedando desnuda y apoyándome contra la pared, me penetró desde atrás terminando él en mi boca con una garganta profunda que nunca más he experimentado por la abundancia de su semen de aquella vez, tragándomelo casi todo y algo escurrió por mi quijada.